OZONO. La limpieza que viene… o debería venir

Todos estamos acostumbrados a realizar la limpieza de nuestras viviendas, negocios, locales o instalaciones con la habitual lejía o amoniaco.

Sin embargo pocos somos conscientes de los riesgos y daños personales y medioambientales que estos elementos, tan comunes, pueden producir.

Afortunadamente existen otras formas de limpieza mucho más efectivas y respetuosas con las personas y el medio ambiente.

La utilización combinada del ozono, el agua ionizada, el vapor de agua y la microfibra, consiguen resultados óptimos a nivel de desinfección y limpieza.

El ozono es un gas. Esta cualidad le confiere una capacidad de penetración en zonas de dificil o imposible acceso (zócalos, rejillas, traseras de muebles o electrodomésticos…) lo que permite la desinfección de estas zonas que, de otra manera, sería imposible realizar.

Con el ozono, además, podemos realizar una desinfección, cercana a la esterilización, de forma rápida dependiendo de la concentración y tiempos de exposición.

Frente a otros compuestos cotidianos, como la lejía, el ozono presenta una ventaja innegable. Es respetuoso con el medio ambiente al no generarse subproductos dañinos.

El agua ozonizada en combinación con la microfibra es perfecta para el lavado de alimentos, superficies, suelos etc.

El resultado es un agua «sucia» libre de químicos y por lo tanto no dañina para el medio ambiente cuando nos deshacemos de ella a través de sumideros, desagues o wc´s.

El vapor de agua, la microfibra y el agua ionizada son los compañeros idóneos para una limpieza y desinfección total así como para la consecución de espacios saludables.

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